Las redes sociales han cambiado, indudablemente, el modo en que consumimos y producimos noticias. De hecho, el Periodismo es uno de los asuntos que más se está investigando en el ámbito concreto de las redes sociales. Pero, dentro de este asunto, ¿qué hemos estudiado concretamente sobre periodismo y redes sociales? ¿Cómo lo hemos analizado? ¿Cuáles son nuestros principales referentes teóricos? ¿Qué temas han atraído nuestra atención? ¿Hacia dónde podemos avanzar? Estas son algunas de las preguntas que contesto en mi último artículo: Research on social media and journalism (2003-2017).
Principales temas
La investigación sobre Redes Sociales y Periodismo se ha centrado en dos grandes temas: la participación de la audiencia y los cambios en la profesión periodística.

Participación de la audiencia
Este bloque analiza cómo las tecnologías sociales han incluido a la audiencia en la producción y distribución de noticias. Estos estudios empezaron girando alrededor de conceptos de «periodismo ciudadano» (una etiqueta ya en decadencia, a mi entender), «periodismo participativo» o la etiqueta más amplia produsage.
El foco de interés ha ido girando hasta incluir una de mis líneas de investigación actuales: la compartición de noticias. Es decir, cómo los usuarios participamos en el proceso informativo no tanto generando o produciendo nuestras propias noticias, sino publicando enlaces a noticias producidas por los medios (grandes o pequeños) en Facebook o Twitter
Divagación mental: con lo bonito que es «news sharing» en inglés, y lo feo que es «compartición» en castellano… 🙂 (fin de la divagación mental)
Estos trabajos sobre participación de la audiencia se expanden para analizar también los efectos y resultados que provocan especialmente en la opinión pública y la vida política. Estos trabajos emplean conceptos clásicos de la Sociología como la esfera pública de Jürgen Habermas o en teorías más actuales como la «sociedad red» de nuestro recién estrenado ministro de Universidades.
Cambios en la profesión periodística
Este tema se centra en cómo las redes sociales modifican las prácticas y los valores profesionales de los periodistas. Por ejemplo, el modo en que estos servicios han alterado la búsqueda y consulta de fuentes, la relación con la audiencia o incluso los propios valores profesionales .
En definitiva, se trata de averiguar cómo desarrollan los periodistas su trabajo y qué ideales persiguen desde que existen las redes sociales

¿Cómo se ha estudiado? Metodologías empleadas
Hasta ahora hemos visto qué temas se han analizado. Quedaría pendiente también ver los métodos que se han utilizado para ello. Principalmente se han empleado análisis de contenido cuantitativo y entrevistas en profundidad.
Para estudiar mensajes y textos se aplican principalmente técnicas cuantitativas, especialmente el análisis de contenido. Sin embargo, cuando el foco se centra en las actitudes de los periodistas o de los usuarios la perspectiva es más cualitativa (principalmente, entrevistas en profundidad).
Rasgos de evolución
En el artículo sostengo que la investigación sobre redes sociales y periodismo está alcanzando un punto de madurez, al menos en algunos aspectos. En este sentido lo más significativo es que la mayor parte de estudios en un principio ya no se centran en el concepto genérico y a la vez monolítico de «redes sociales».
Desde hace unos años han empezado a ganar popularidad los estudios sobre plataformas y servicios concretos. Los académicos de Periodismo nos hemos dado cuenta de que cada red social concreta ofrece aspectos y servicios específicos, es empleada de forma diferente y por lo tanto, provoca efectos distintos. No es lo mismo utilizar Facebook que emplear Twitter, por evidente que parezca señalarlo.
Vías de futuro
Hasta ahora hemos visto un mapa de la situación de estos estudios, pero ¿hacía dónde podríamos avanzar? Propongo aquí (y en el artículo) varias ideas sobre metodologías y temas que deberíamos abordar.
Por un lado, no podemos limitarnos a explorar cualitativamente los asuntos referidos a hábitos y percepciones de usuarios y periodistas. Ha llegado el momento de empezar a medir cuantitativamente las relaciones y efectos que existen entre estos fenómenos y otras cuestiones a través de encuestas u otras técnicas cuantitativas.

Asimismo, se podría aplicar el análisis de redes para estudiar las relaciones de periodistas entre sí y con otros usuarios o bien determinar el modo en que se comparten o difunden noticias.
Del mismo modo, en estos estudios parece que hablar de noticias es hablar de información política. Pero sabemos todavía poco acerca de la relación entre redes sociales y otro tipo de periodismo. ¿Cómo se relacionan los periodistas científicos entre sí y entre su fuentes en redes sociales? ¿Qué factores hacen que la información sobre moda se comparta más o menos en redes sociales? En el caso de noticias de prensa rosa, ¿entran en consideración los mismo factores que explican la viralidad de noticias más serias? ¿Qué efectos producen estas noticias en redes sociales? Tenemos en este sentido una rica vía que explorar.
Por otro lado, como es habitual en los estudios sobre periodismo, sabemos mucho sobre el contexto europeo occidental y anglosajón pero muy poco acerca de otros escenarios como el asiático o el latinoamericano. Si tenemos en cuenta además que las diferencias culturales influyen en el uso de redes sociales y que existen diferentes tradiciones periodísticas en distintos países, resulta más que necesario expandir nuestro foco geográfico. En este sentido los académicos españoles, con un pie en Europa y otro en Latinoamérica, tenemos una oportunidad de oro para explorar este filón
Finalmente, pese a la importancia que tiene el aspecto visual en la actual cultura digital, apenas existen estudios sobre periodismo y redes sociales que aborden la dimensión gráfica. Así, por ejemplo, se podría analizar qué aspectos visuales estimulan el consumo de información en redes sociales o si los elementos gráficos influyen en que una noticia sea más o menos compartida en Twitter o Facebook. Esto es aún más relevante si tenemos en cuenta que una de las redes sociales que más ha crecido en los últimos años, Instagram, es muy poco textual y terriblemente visual. Queramos o no, deberíamos incluir esos elementos visuales en nuestras investigaciones